jueves, 15 de septiembre de 2016


“Perchè l’età ne invola
il desir cieco e sordo

con la morte d’accordo,
stanco e vicino all’ultima parola”.
Michelangelo Buonarroti[1]


PRÓLOGO

«Siento alrededor de mi garganta una garra que atenaza y se ciñe, cual martirizante cilicio, y aprieta con despiadado rigor mi yugular. Apenas si permite entrar aire a los castigados pulmones. La sangre parece haberse paralizado en su lento y cansino recorrido hacia este
avejentado corazón. Escasamente siento sus latidos, se va ralentizando, poco a poco, agotado, marchito, decepcionado del ritmo en que he quemado mi vida.

»Una vida absurda, vacía e inservible para nada ni nadie. Difuminada entre gloriosas fantasías y esperanzas truncadas. Consumidora de sueños e ilusiones, destructora de realidades y proyectos amasados en la juventud y desperdigados por el estrecho y longevo camino de mi desgraciada existencia.

»¿Por qué tuve que nacer? ¿Qué he hecho en mi larga vida que mereciera la pena? No tengo hijos, ni siquiera herederos de mi arte. ¿Quién acudirá a llorar sobre mi tumba?

»Pero… ¿En realidad puede llamarse arte a cuanto dejo tras de mí?... Ciertamente lo creí. Dios es testigo de que viví para él,anteponiéndolo, en ocasiones, a su divino mandato.

»He vivido para ese arte, construí alrededor de él mi propia religión e intenté preservarlo de las sucias inmundicias de una Iglesia pervertida y amoral, en donde el pecado de la carne es el menor de sus vicios. Una Iglesia dirigida por hombres crueles y despiadados que no dudan en robar, maltratar, difamar, pervertir y hasta asesinar por el simple placer de ver sufrir a los semejantes y saciar sus ambiciones. Llevo toda una vida sintiendo el candente hierro de su intransigencia y egoísmo en mis carnes, el despotismo de sus desmanes y apetencias, la indignante injusticia de sus absurdas decisiones. Gran parte de la amargura en que he consumido mis años se la debo a los diferentes representantes de Pedro en esta pagana tierra.

»¡Ah, despiadados pervertidos! ¡Profanadores de la Verdad! ¡Inicuos fornicadores de la Inocencia! No quedaréis impunes el terrible día del Juicio Final. Muchos ya habéis sido juzgados para la eternidad en mi fresco de la Cappella Sistina,[2] si bien, será el Gran Juez quien dicte la máxima condena para cada uno de vosotros, en ese no tan lejano momento. Entonces acontecerá “el llanto y el crujir de dientes…”. Tendréis como acusadores a cuantos hayáis ultrajado y pisoteado bajo vuestro inmerecido poder de máximos representantes de la Iglesia de Cristo.

»Más… ¡Ay de mí! Que también estaré presente en tan severo y justo acto. ¿Cómo poder mirar al Salvador sin caer abochornado ante su presencia? ¿No soy yo tan culpable como todos ellos? ¿No me doblegué a sus mandatos y exigencias? ¿No gasté el divino don que Él me había concedido en representaciones banales e impías?

»Sí, ¡mi Dios!, ¡te he fallado! Tú me concediste un genio especial para representar la belleza pura y celestial y ¿cómo lo he utilizado?... Esculpiendo figuras de héroes mitológicos y escenas paganas, pinturas de vírgenes y santos desnudos con cuerpos de
atléticos dioses idólatras. Apenas La Pieta de San Pietro se salva de mi pecado de corrupta humanidad. No soy tan diferente de mis ególatras mecenas. Bien merezco tu castigo.

»Pero… tampoco me dejaste libertad de seguir otro camino. ¡Tú bien lo sabes! Adoro al hombre, él es el más grande logro de tu generosa creación. Significa la perfección de la belleza, la magnificencia de tu propio pensamiento. Al crearlo lo recreaste a tu imagen y semejanza. Creo en el hombre y su sabiduría, como fiel reflejo de ti mismo; amo la hermosura de sus formas, cada pliegue de su cuerpo, el más pequeño e insignificante de sus músculos es ya un auténtico milagro. ¿Cómo permanecer impasible ante tal derroche de belleza y perfección? Mis viejas y entorpecidas manos, un tiempo fuertes y ágiles, adquirían vida propia ante la contemplación de un cuerpo hermoso, una cara con el resplandor de la inteligencia o un incitante escorzo corporal. ¡No podía resistirme a semejante llamada! ¿Acaso tengo yo culpa de la perfección de tus criaturas?

»Cada vez que me encontraba ante un vasto bloque de mármol, visionaba su interior. ¡Era tan fácil! Apenas quitar algo de aquí o allí, eliminar aristas y asperezas de la dura y tosca piedra, pero… ¡ellos estaban dentro! En espera de ser rescatados de su eterna prisión marmórea. Pedían con angustiosos gritos la esperada libertad, exigiendo el derecho de existir y perdurar para la posteridad, de asombrar a futuras generaciones con la perfecta anatomía de sus formas…

»No, Señor. No era yo quien los tallaba, eran ellos que brotaban, en dolorido alumbramiento, a través de mis encallecidas manos. El duro y frío cincel no ha sido sino la herramienta liberadora que ha sacado del injusto olvido a cada una de mis estatuas. ¿No merezco por tanto tu perdón? ¿No fueron tus justos designios los que me encomendaron tamaña tarea?

»En esta triste hora en que, cercano a la muerte, contemplo horrorizado los errores de mi vida, no busco justificación a mis locuras. Solo apelo a tu benefactora comprensión, por eso te ruego que no hagas oídos sordos a la angustiosa súplica de este miserable pecador, cuyo mayor delito fue amar todo lo bello y hermoso que tu infinita generosidad tuvo a bien regalar a la humanidad».

Un ligero movimiento de cabeza fue la llamada de atención para los pocos amigos que asistían a tan dolorosa escena.

―Dejo mi alma en manos de Dios…

Hablaba con un hilo de voz. Las palabras apenas si eran perceptibles para los presentes, reunidos en torno a la cama, dentro de la fría y silenciosa alcoba.

―Mi putrefacto cuerpo a la tierra…

Un profundo suspiro atravesó su dolorida y reseca garganta.

―Y mis bienes terrenales a los parientes más próximos…

Un repentino y ronco ataque de tos, más cercano al estertor, ocultó a los oídos amigos las últimas voluntades del moribundo genio. Acto seguido cerró los ojos, en un último esfuerzo por mantener la lucidez y la consciencia.

«Si es pecado amar al arte, me confieso pecador. Es más, seguiré pecando aún después del fatídico instante en que mi cansado corazón consuma su último latido. Aceptaré la ira de tu castigo eterno. Embarcaré en la temida Barca de Caronte y navegaré hasta el fin de los tiempos, condenado y humillado, en compañía de la escoria del mundo. Ni una sola queja  escucharás que brote de mis arrugados labios, ninguna lágrima rodará a través de mis enjutas mejillas. A pesar de todo ello: ¡Jamás renegaré de mi arte!».

Dos gruesas lágrimas se deslizaron, con extrema lentitud, por el arrugado entorno de las pálidas mejillas.

«Apiádate, Dios mío, de este miserable pecador que, incluso a las mismas puertas de la muerte, antepone su amor a la belleza de un arte, para él divino, a la eterna salvación de su alma.

»¡Todopoderoso, perdona a este eterno enamorado del Amor! Que los frescos que a ti dediqué en la Cappella Sistina sean la tarjeta de visita que me brinde el acceso a tu Sagrada Morada. Sírvete regalarme una gota de tu Sagrada Sangre derramada que redima los tortuosos y execrables errores de mi equivocada existencia».

Un extraño estremecimiento recorrió el agonizante cuerpo, provocando en el moribundo un agudo gesto de lacerante dolor.

«Tutto e finito![3]... Siento el hielo de la muerte avanzar por mis entrañas. La ignorancia de la nefasta parca me nubla el entendimiento. Con el penúltimo hálito de mi apagada existencia te hago mi última y desesperada petición:

»¡Apiádate del más indigno de tus hijos! ¡En tus manos encomiendo mi espíritu atormentado!

“L´arte e la morte non van bene insieme”».[4]

El apagado y triste quejido de la acompasada campana, de un cercano monasterio, acompañó el último de los suspiros del más excelso el insigne artista del Renacimiento y uno de los grandes hombres de la historia de la humanidad.

MICHELANGELO BUONARROTI “Il Divino
Caprese (Arezzo), Florencia 6 de marzo de 1475
Roma, 18 de febrero de 1564

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[1] “Porque la edad roba
los deseos ciegos y sordos,
con la muerte de acuerdo,
cansado y cercano a la última palabra”.

[2] Capilla Sixtina: Mandada edificar por el papa Sixto IV, dentro del
Palacio Apostólico (1473-1481). En la actualidad es la sede del
cónclave que elige al nuevo papa.

[3] …¡Todo está terminado!...

[4] «El arte y la muerte no van bien unidas».



¡Hola de nuevo, amigos! Problemas familiares me han mantenido alejada de las redes durante el verano, si bien, no he parado del todo mi actividad literaria, tan solo ralentizado.

Muchos de vosotros ya estáis enterados de que participo en el concurso indie 2016 de Amazon. Mi novela lleva el título de "El manuscrito de Michelangelo". Ya podéis imaginar quien es el personaje principal: Miguel Ángel Buonarroti, para mí, el genio más representativo del período renacentista, junto a su coetáneo y vecino Leonardo Da Vinci.

Con este libro me desvío de la temática de mis anteriores novelas, cuyo tema principal se cifraba en la relación de pareja. Es cierto que, en ninguna de ellas, era el amor motivo exclusivo de la trama. Los que me conocéis sabéis que el arte en general me apasiona y, en cada uno de mis escritos, este arte está presente. 

"El manuscrito de Michelangelo" no podía ser menos, sobre todo al tratarse de un artista de su talla. También el amor tiene un apartado especial en el hilo narrativo, pero en un segundo plano, conviviendo con la historia, la intriga, la aventura, el misterio y una alta dosis de esoterismo. 

Todo lo anterior confiere a la novela un cierto aire ecléctico e inusual. Para que podáis juzgar por vosotros mismos os dejo, en la siguiente entrada, el prólogo del libro. ¡Feliz lectura!

viernes, 1 de julio de 2016

Esta es la sinopsis de SINFONÍA EN PARÍS II - "Furias de venganza". Si quieres conocer el desenlace de los amores de Jean Pierre Fontaine no puedes perdértela. Odio, rencor, renuncia, pasión y sobre todo... ¡Amor! 
Amazon: rxe.me/LP2DM0


Sinopsis


Jean Pierre Fontaine, tras exponer a Sophie Boucher su anulación del matrimonio, cree haber reencontrado la libertad perdida. Su verdadero deseo es casarse y formar una familia junto a la única mujer a la que ha llegado a amar, su actual amante, Marie Bouffart.

Pronto los hados del destino vendrán a enturbiar el idílico futuro que se había forjado. Inesperados acontecimientos trastocarán el devenir de los protagonistas, llevándoles a situaciones críticas, por ninguno imaginadas ni mucho menos deseadas.

En cuestión de horas, el afamado director, verá cómo empiezan a derrumbarse los cimientos del encumbrado edificio de su existencia, tanto en el terreno artístico como en el personal. Su mundo se tambalea, así como sus convicciones. El amor y el odio se entrecruzan, adquiriendo un peligroso protagonismo que cercan al artista y lo hunden más profundamente en los fantasmas del pasado.

Arte y amor en un duelo de pasiones, donde la apuesta es la propia vida.

¿Será la Música, de nuevo, su «inmaculado refugio»?


Para todos aquellos que os habéis emocionado con la trama de Sinfonía en París I - Tres mujeres y un amor, os traigo una muy buena noticia, Sinfonía en París II - "Furias de venganza"ya se encuentra, en formato digital, en las distintas plataformas de Amazon. Por sólo 2,99 € conoceréis el desenlace de este novedoso romance que encierra entre sus páginas sentimientos tan extremos como el amor, el odio y la venganza. ¿Conseguirá Jean Pierre salir del peligroso triángulo amoroso en que se desenvuelve su existencia? Ahora puedes descubrirlo con Sinfonía en París II - "Furias de venganza"¿Vas a perderte el desenlace final. ¡Feliz lectura!rxe.me/LP2DM0

viernes, 10 de junio de 2016



¿Qué tal, amigos? Os pido disculpas por mi ausencia, debida, sobre todo, a un exceso de trabajo con firmas en ferias del libro y presentaciones de mi novela Sinfonía en París I - Tres mujeres y un amor. Ahora que tengo un poco más de tiempo, quiero retomar la actividad de este blog, al que tengo un especial cariño. 

La primera novedad que os traigo es que ya, desde este mismo sitio web, podéis haceros con la novela en formato papel para todos aquellos que prefieren disfrutar con «un libro entre las manos». El precio de lanzamiento es de 13,00 € (incluidos gastos de envío para la Península). Para otros lugares, os pido contactéis conmigo y así poder concretar el modo de hacéroslo llegar.

No me olvido de los seguidores digitales, para ellos, está disponible en el enlace rxe.me/LZEYG8, en la plataforma de Amazon.

Tanto a unos como a otros, solo me resta desearos ¡feliz lectura!



viernes, 1 de abril de 2016



Hoy os dejo un enlace a mi página de Facebook, en ella podréis disfrutar de un pequeño adelanto de mi novela Sinfonía en París I Tres. Se trata de un vídeo corto en el que he querido presentaros un breve fragmento de la obra, en el cual se describe a uno de los personajes con mayor peso en la trama y, diría yo, que el más conflictivo: Giannina Bussoni. Me ha parecido interesante y ameno presentarlo mediante una lectura de audio, acompañada de un no menos sugerente fan art, dando a conocer, al mismo tiempo, a la protagonista.
Espero sea de vuestro interés y os recuerdo que si deseáis conocer más sobre este novedoso romance, podéis adquirirlo en formato digital en Amazon y muy pronto en formato papel en este mismo blog.

viernes, 4 de marzo de 2016


Estos son los cuatro principales personajes de la novela Sinfonía en París I - Tres mujeres y un amor. Tres mujeres muy diferentes, en cuanto a carácter y sentimientos se refiere, que adquieren un especial protagonismo en la vida del famoso director y que marcarán inexorablemente su futuro.

PERSONAJES

JEAN PIERRE FONTAINE - Director de orquesta y pianista francés. Director titular de la Orquesta Philharmonie de París. Con cuarenta años de edad, casado y personaje famoso, reconocido a nivel mundial como uno de los grandes directores del momento. Su vida familiar no refleja ese extraordinario logro artístico; la relación con su esposa es fría; el amor hace mucho tiempo que se ha perdido, si es que alguna vez existió.

MARIE BOUFFART - Conocida pianista, solista francesa que lucha por hacerse un hueco en el difícil mundo de la música clásica. Con treinta y ocho años. Mujer de gran carácter y formación musical, posee una especial sensibilidad para la música y la vida. Divorciada hace dos años de un eminente agente musical.

SOPHIE BOUCHER - Esposa de Jean Pierre. Mujer adinerada y caprichosa, acostumbrada a ser obedecida y admirada, habiéndose buscado un hueco en la abigarrada sociedad parisina. Hija única y heredera de un antiguo comerciante de vinos de la región de Champagne, considera que todo en la vida tiene un precio y un valor. 

GIANNINA BUSSONI - Concertino de la Orquesta de París. Enamorada de Jean Pierre, con el que mantiene un secreto romance desde hace meses. Cuarenta y dos años, napolitana. Mujer apasionada y temperamental a la que no le asustan los impedimentos ni las dificultades.